Wi-Fi ha sido una parte integral de nuestras vidas durante las últimas dos décadas, transformando la forma en que accedemos a internet y conectamos nuestros dispositivos. En enero de 2024, Wi-Fi 7 fue oficialmente lanzado bajo el estándar IEEE 802.11be, ofreciendo velocidades que alcanzan hasta los 40 Gbps, una mejora significativa frente a sus predecesores. Esta nueva tecnología no solo promete mayor velocidad, sino también una conectividad más estable y flexible, adaptándose a las crecientes demandas del hogar y las empresas.
Una de las características más innovadoras de Wi-Fi 7 es la Operación Multienlace (MLO), que permite a los dispositivos conectarse simultáneamente a varias bandas (2.4 GHz, 5 GHz y 6 GHz en los países donde esté habilitada). Esta capacidad mejora tanto el rendimiento como la confiabilidad, reduciendo la latencia y garantizando una conexión sin interrupciones, especialmente en aplicaciones críticas como videojuegos en línea y transmisión de contenido 4K. Según las predicciones, para finales de 2024 habrá más de 233 millones de dispositivos compatibles con Wi-Fi 7, y esta cifra podría superar los 2,100 millones para 2028.
Wi-Fi 7 no solo representa un avance técnico en términos de velocidad y latencia, sino que también ofrece soluciones clave para la creciente demanda de dispositivos conectados. Con el Internet de las Cosas (IoT) proyectando la existencia de casi 30 mil millones de dispositivos para 2027, esta tecnología se convierte en un pilar fundamental para garantizar la eficiencia operativa en redes empresariales y domésticas. El soporte para múltiples usuarios simultáneos y la capacidad de manejar conexiones en entornos densos son aspectos cruciales en este avance.
Con empresas como MediaTek a la vanguardia, incorporando inteligencia artificial a través de su línea de chips Filogic, Wi-Fi 7 se perfila como la base tecnológica para futuras innovaciones en realidad virtual, inteligencia artificial, IoT industrial y más. Las posibilidades de esta tecnología parecen infinitas, sentando las bases para un ecosistema de conectividad sin precedentes que impulsará tanto el mercado de consumo como el empresarial.